Mi segundo hogar fue mi
colegio, pues estudie allí desde grado cero hasta once. Como lo digo siempre la
mejor vida es la vida del Colegio.
Estudie en un colegio público
que esta ubicado en medio de la plaza, frente a la iglesia del rincón y a la
UPA.
Mi colegio: I.E.D Gerardo
paredes mal llamado el Ñerado Puñaladas, la verdad siempre me dio ira escuchar
que alguien lo llamara así pues estuve 12 años allí, desde que sus
instalaciones eran unas casonas hasta cuando iniciaron la ampliación para
convertirlo en un megacolegio. Lo llamaban así porque algunos de sus
estudiantes protagonizaban riñas a la salida, a la entrada se veía a los jibaros
parados en las esquinas y porque a veces sucedían actos delincuenciales
apartados del colegio pero protagonizados por estudiantes de allí (cometían la
estupidez de hacer de las suyas portando el uniforme).
Es verdad esas cosas sucedían,
pero mi colegio nunca me dio miedo y mucho menos vergüenza, gracias a que
estudie allí, además no solo aprendí de materias sino también de la vida, vi como algunas de mis
compañeras de salón tenían que salir de clase
al final de la jornada corriendo para sus casas a darle pecho a sus bebes, también
vi como otras desertaron por la presión de ser madres adolescentes y
estudiantes a la vez, conocí historias de abortos, de drogadicción entre otras.
Pero… ¿Cuál es el trauma con
eso? Si es la realidad, así la conocí pero a pesar de esto no fui protagonista
de ninguna de esas historias- ¿Por qué? - porque al contrario del dicho
popular: “el que anda entre la miel algo se le pega” opino que aunque tú andes
entre la “mierda”, así te toque hacer maromas, sino te quieres untar,
sencillamente no te untas.
Me siento orgullosa de la promoción
2009 en la que salí yo, nuestro ICFES fue el único que genero satisfacción para
las directivas del colegio pues fue la primera vez y creo que la única que sus
estudiantes estuvieron entre los 100 primero lugares inclusive tuvimos el 1er
puesto. Pero ¿Por qué esto no fue corillo de barrio?
Mi hermana también estudio allí
y hoy es egresada de la UNIMINUTO con título de trabajadora social, trabaja en
el comedor comunitario del barrio como Inclusora social, y no es el único caso.
Reitero: ¿Por qué esto no fue corillo de barrio?.
Lo siguen llamando el Ñerado
puñaladas, pero es mi colegio por años, mi segundo hogar, allí recibí las bases
de mi educación y hoy yo como estudiante de Promoción Social, no entiendo ¿porque
ponerle rótulos? Si no todos los que estudiamos allí tuvimos el mismo destino.
Hoy me pregunto: ¿Por qué nunca
escuche a quienes lo llamaban el Ñerardo puñaladas decir que hoy por hoy es de
los pocos colegios que te ofrecen una opción más allá con su convenio SENA? ¿Por
qué no exaltar hoy que un gran porcentaje de los que salían a hacer nada hoy estén
homologando ese tecnólogo en una universidad? ¿Por qué?...
Porque, absurdamente, los estereotipos prevalecen en el imaginario de la comunidad. Como siempre muy buen texto, te felicito. Tienes una buena capacidad narrativa. Adelante. Eso sí te voy a halar las orejas: ¿dónde están las tildes?... Faltan por ahí. Un saludo de tu profesor de Comunicación oral y escrita.
ResponderEliminarCarlos Eduardo
PD: Ya subí a mi blog el relato de La ciudad jamás contada.